Este mes se conmemora un hito en el mundo de la animación: el 20 aniversario de Toy Story. Concretamente el día 20 de noviembre se proyectaba en los cines de todo el mundo una película que marcó un antes y un después en la historia de la animación. La producción de una película 100% generada por ordenador. Hoy en día nos parece de lo más normal y todas las películas de animación están generadas por ordenador, pero Toy Story fue la primera, el primer largometraje. Por esa época yo trasteaba con algunos programas de 3D como Caligari TrueSpace o 3d studio R4. Al ver la película me enganché completamente a este mundo.
Visionarios
No se trataba solo de imágenes generadas por ordenador espectaculares si no que contaban una historia y una historia genial. Estaba claro que Pixar era algo diferente. Eran artistas que apostaron muy fuerte por hacer arte con tecnología digital. De hecho, Pixar, no era una gran compañía. Era un estudio pequeño que realizaba anuncios para TV y que vendían un hardware especializado en gráficos y animación. Los ordenadores que vendían lo hacían bajo la marca Pixar. Tuvo un fuerte apoyo, a nivel de socio capitalista, de Steve Jobs que apostó por ellos desde que los conoció. Y es que gente especial como Steve Jobs ven más allá y cuando creen en algo lo llevan hasta el final.
Los juguetes
Los protagonistas de esta historia son los juguetes de un niño llamado Andy que está entusiasmado con sus juguetes e inventa mil y una aventuras con ellos. En un universo paralelo al real, en el que tienen vida propia, con sus problemas y todo. Una historia que más de uno, cuando hemos sido niños, hemos creido que pasaba. Estos juguetes protagonistas de la película se convirtieron en muy populares para los niños de la época. Recuerdo que a mi hijo le compramos para Navidades un Buzz Lightyear que repetía:»¡Hasta el infinito… y más allá!».
Como amigo inseparable tiene a Woody, un vaquero, que es el mente fría de la pareja y que ve constantemente que la imaginación de Buzz está distorsionada y mezclada con la realidad y que no acaba de ver que es un juguete. De esto es consciente Andy y no cesa de recordárselo.
También tenemos al señor Patata como uno de los juguetes clásicos que aquí toma vida en un señor casado con su querida señora Patata. Muy divertida esta pareja.
Muy gracioso es también el dinosaurio Rex que lejos de ser feroz, aunque lo intenta, es un ser muy sensible e inseguro. Algo que le puede venir por tener esos bracitos tan diminutos que tiene el T-Rex.
El cerdito Ham que es una hucha es uno de los más inteligentes y lleno de sarcasmo.
Slinky es un perro salchicha cuyo cuerpo está formado por un muelle. Siempre ayuda a Woody.
No olvidemos a Perdigón, el caballo de Woody, algo asustadizo pero adorable.
Y claro, se han ido incorporando más juguetes en las siguientes películas de la saga, que lejos del dicho de que segundas partes nunca fueron buenas en el caso de Toy Story cada parte es mejor aún. No solo técnicamente, también en la historia.
Es una película que encanta a todos, mayores y pequeños y que las podemos ver muchas veces y sigue siendo fresca y divertida. Tampoco quería escribir un artículo muy extenso sobre la película pues no soy ni periodista ni crítico cinematográfico. Tan solo quería hablar de ella en este 20 aniversario de Toy Story.
Por cierto, creo que la voy a ver esta noche.