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Un nuevo episodio de Freelance 3D, marketing para 3dseros. En este episodio, como adelanté ya la semana pasada, voy a empezar a contestar algunas de las preguntas que me vais dejando en el buzón de sugerencias para el podcast. Así de paso ya os comento que uséis este formulario si queréis que hable de algún tema en concreto. En el episodio de hoy un oyente, Carles Balló Torres, me pregunta lo siguiente: «Muy buen día, Javier. Veo que desde hace ya unos años vas centrando tu trabajo pedagógico en software gratuito o de «bajo» coste. Yo, como tresdesero «atrapado» en programas 3d de pago como Modo, Cinema 4d o Redshift, que han derivado hacia la subscripción, «pago por uso», pues me encuentro en una tesitura parecida. Con un ojo en programas como Blender, Unreal o Cycles, pero al mismo tiempo aferrado a los míos de siempre que no quiero perder. Así, pues, éste es el tema que te propongo: «software libre versus software de subscripción» Muchas gracias.»
Pero antes, mi nombre es Javier Vega, por si no me conocéis. Soy artista 3D y desarrollador web aderezado con un poco de marketing, porque el marketing es el ingrediente que te va a ayudar a seguir adelante en el fabuloso mundo de ser freelance. Una gran aventura. También soy fundador de Zao3D, donde encontrarás cursos de 3D, de edición de vídeo y edición fotográfica. Puedes acceder a los 573 vídeos sin límite, por 10€/mes. Y como podéis comprobar, cada semana publico de 4 a 6 lecciones nuevas. Este mes se están empezando a publicar las primeras lecciones del curso «El Pasillo. Iluminar interiores con Cycles», que está fabuloso.
Y ahora al tema del episodio. «Software libre versus Software de suscripción». Buena pregunta y realmente una pregunta que nos hacemos, os hacéis, todos. ¿El software libre es realmente válido para un freelance? ¿Conseguiré los mismos resultados que con un software comercial? Bien, en el caso que nos ocupa, hablando de 3D tendré que hacer mención especial a Blender. Todo el mundo conoce Blender y todo el mundo, cuando lo empiezan a conocer, también se sorprenden de que sea gratuito. Se sorprenden porque es un software que te permite hacer todo lo que puedes hacer con un programa de pago.
Todavía recuerdo que en mis inicios, cuando montamos nuestra pequeña agencia para hacer 3D y páginas web, el comprar una licencia de un programa de 3D era un dolor. Esas licencias eran muy costosas y realmente, si estás empezando, se te hace difícil adquirir una. Había que hacer mucho esfuerzo para poder rentabilizar esa primera compra. Pero bueno, acababas haciéndolo y mantenías tu software el tiempo necesario. Con esto me refiero a que con la primera versión que compras la mantienes todo el tiempo. Una siguiente versión tenía que ser muy radical o importante para volver a hacer una nueva inversión. También es verdad es que si ya tenías una licencia anterior, muchas empresas te daban un precio especial por renovación. Pero ya te digo, esta renovación para nosotros, con presupuesto humilde, debía ser importante.
En esos tiempos todavía no habían aparecido las suscripciones por usar un software por lo que debías de disponer del capital necesario para hacer frente a esa licencia. Pero llegó un día en el que algunas compañías empezaron a ofrecer su software mediante licencia de suscripción. De esta forma cambia un poco el panorama ya que si estás empezando como estudio es mucho más fácil empezar pagando una cuota mensual o anual, que el total de una licencia. Al fin y al cabo estás pagando una fracción del total de la licencia perpetua que usabas anteriormente. Eso facilita el uso. El inconveniente es que, y depende del contrato que disponga ese software, cuando dejas de renovar la suscripción también debes dejar de usar el software.
Imaginemos que como acabas de empezar en el mundo del 3D o, pongamos también diseño, para incluir también a programas de edición fotográfica como Photoshop, no todos los meses tienes flujo de trabajo como para tener unos ingresos mensuales que te permitan pagar esa suscripción. Claro, aquí ocurre lo siguiente. En ese contrato, lo que he comentado más arriba, se suele incluir una cláusula que te recuerda que el contenido generado en ese software no lo puedes usar si no dispones de una licencia válida y actualizada. Suena raro, pero es así. Me refiero a los archivos fuente, con el que generas el contenido final. Claro, esto es una limitación ya que en esos meses en los que no tenemos facturación, pero nos interesa seguir mejorando nuestras habilidades con ese programa, pues no podemos hacerlo. Y no sería legal del todo. Aunque este tema de legalidades daría para hablar en otro episodio y con un experto en el tema.
Hace algunos años yo era usuario de la suscripción de Photoshop porque era bastante asequible y me permitía tener el programa actualizado siempre a la última versión. Lo que ocurre es que al final, cuando haces números y llevas varios años te das cuenta de que es el mismo dinero que podrías haber destinado a una licencia, de las de antes, de Photoshop. Con el inconveniente de que si dejas de pagar también dejas de usar el programa. Este modelo de negocio para Adobe es muy bueno, pero también les deja en desventaja cuando aparece un competidor, y aquí voy a hablar del más directo, como Affinity Photo que ofrece una licencia de un solo pago, de por vida, sin suscripción por el irrisorio precio de 59€. Desde ese momento di el salto a Affinity Photo y le di un voto de confianza. Y ahora es mi software de edición fotográfica y diseño. Las primeras versiones de Affinity Photo ya eran bastante competitivas con Photoshop, pero todavía le faltaban cositas, y digo cositas, porque al final te acabas acostumbrando a hacer lo que hacías antes con diferentes técnicas. El resultado al final es lo que cuenta.
Con el tema del 3D me pasó algo muy parecido, pero tardé más en adoptar y aceptar el cambio. Los que usamos un programa de 3D durante mucho tiempo, parece que es que le cogemos hasta cariño. En mi caso era usuario de Softimage del que disponía de su licencia hasta que Avid vendió el programa a Autodesk. Durante un tiempo la cosa parecía que iba a ir bien, yo podía seguir usándolo hasta que pasó lo que todos sabemos. Decidieron dejar de desarrollar Softimage. Podéis leer mis artículos del blog hablando sobre esto, «La última versión de Softimage. El fin de una era» y «Softimage, gracias por todos estos años». En este momento es cuando empieza a rondar por tu cabeza el cambio de software y empiezas a barajar lo que hay en el mercado. Claro, el mercado de software y el mercado laboral. Los dos mercados hay que mirarlo y saber qué es lo que más están demandando. Estuve un tiempo aprendiendo con Maya, y para esto si que vienen muy bien las licencias educativas. También estuve con C4D y Houdini. He de decir que las licencias educativas de Houdini también son muy recomendables si quieres iniciarte en este mundo de la simulación, pero la simulación de verdad.
Pero también empezaba a aparecer a pequeños flashazos la idea de empezar a usar Blender. La verdad es que inconscientemente no le hacía mucho caso pero con el rabillo del ojo me daba cuenta de los avances del programa. Veía como el motor de render Cycles me daba los mismos resultados que tenía con Arnold. Era cuestión de aprender la filosofía de Blender y darte cuenta de que todo lo que había hecho en Softimage lo estaba pudiendo realizar en Blender sin ningún problema, excepto el problema del tiempo de aprendizaje, y algo, que me perdonen los puristas de Blender, el tema del botón derecho para seleccionar. No me enfado con los que lo defienden pero es que el estándar para seleccionar en cualquier software es el botón izquierdo. Y cuando te pasas un buen rato con Blender, es que hasta cuando usas el navegador para seleccionar un texto o incluso el Word intentas hacerlo con el botón derecho. Bueno, no es que sea tan grave, pero me frenaba un poco. Lo que si me empezó a atraerme de Blender es la gran comunidad que hay detrás del proyecto. Infinidad de tutoriales por doquier, foros donde preguntar, en inglés y en amerindio. Un proyecto global y que al ser open source te permitía, si dispones de los conocimientos, modificar el programa y usarlo según tus necesidades. Me empezaba a hacer ojitos Blender.
Y llega el día, te llega un proyecto y decides hacerlo ya por fin en Blender. Y para mi sorpresa, aún teniendo mis problemillas con el botón derecho llegas a acostumbrarte, finalizas el trabajo y facturas. Con la versión 2.8x la cosa ya dio un giro brutal y la comunidad de Blender creció una barbaridad además de adoptar por defecto el clic izquierdo. Parece una tontería, pero es que cuando trabajas muchas acciones las acabas haciendo por reflejo y si tienes que pensar con qué botón seleccionar pues frena un poco.
Y para concluir, respecto al uso de software libre o software de pago es que si el software open source tiene una gran comunidad detrás y con constancia, no tengas ninguna duda, pásate al software libre. Seguro que en algunas cosas el programa cojeará, pero eso también pasa en los programas de pago. Ser de pago no quiere decir que sea el mejor. Es simplemente otro modelo de negocio. Porque los de Blender tampoco comen del aire. Eso se financia, de diferentes formas y aportaciones, pero se financia. La ventaja que tienes es que tu como usuario no necesitas comprar una licencia, que de una forma u otra, tras aceptarla tienes que adaptarte a ella. Con Blender, y la frase que tienen en su web como reclamo, fue la que me hizo dar el pasito: «Open source 3D creation. Free to use for any purpose, forever.».
Muchas gracias, Javier, por atender mi sugerencia, «software libre versus software de suscripción», en el podcast de esta semana. Me he sentido «rey por un día». Se me ocurre una idea. ¿Y si los programas 3D de suscripción bajásen sus precios un 60%? Igual les salen los números, pues a menor precio mayor número de clientes. Para mí sería maravilloso porque así seguiría con «mis» programas de toda la vida, los que conozco, con los que me siento cómodo y seguiríamos avanzando juntos. Gracias de nuevo, un saludo.
Gracias a ti, Carles. Me pareció que es un tema interesante de comentar. Siempre podemos extendernos más, por supuesto, pero al final todo acaba siendo una combinación de lo que mejor se adapte a cada uno. Esa idea deberían escucharla los responsables de algunos programas. Substance Painter, antes de ser adquirida por Adobe, tenían una política de licencias muy interesantes ya que te permitía a partir de un determinado tiempo, teniendo en cuenta lo que has pagado de suscripción, pasarte al modo de licencia perpetua por muy poca diferencia de dinero. Ahora no se cómo tienen eso, con Adobe, pero me pareció interesante después de pagar en cuotas el equivalente de la licencia. Como si lo hubieras comprado a plazos.
Muchas gracias a ti, de nuevo, por proponer temas y comentar aquí. ¡Nos vemos!